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AGUIRRE Y FITZCARRALDO: AMBICIÓN CONTRA NATURALEZA

  • Guillén Palacín
  • 28 jun 2024
  • 5 Min. de lectura

Actualizado: 6 jul 2024

por Guillén Palacín

Aguirre en la película homónima de herzog
Fotograma: Aguirre, la cólera de Dios (1972)

Werner Herzog se distingue como un cineasta difícil de comparar, reconocido tanto por la locura de sus rodajes, como por su excepcional habilidad para capturar la ambición humana en la pantalla. Su estilo cinematográfico, que navega hábilmente entre los límites de la realidad y la ficción, ha alcanzado un reconocimiento notable en la comunidad cinematográfica mundial. François Truffaut, en su momento, llegó a proclamarlo como el mejor cineasta vivo. 


Nacido en Múnich, en 1942, es uno de los grandes referentes del Nuevo cine alemán, surgido en la década de los 60. Su obra se distingue por la representación de personajes complejos, impulsados ​​por sueños imposibles y ambiciones desmesuradas. Además, es reconocido por su habilidad para capturar la naturaleza en toda su ferocidad y misterio. Muchas de sus obras más célebres exploran el enfrentamiento entre la grandiosidad de las aspiraciones humanas y la resistencia de la naturaleza.


Dos de sus películas más emblemáticas, Aguirre, la cólera de Dios (1972) y Fitzcarraldo (1982), ejemplifican esta temática recurrente. A pesar de ser personajes muy diferentes (Aguirre y Fitzcarraldo), ambos comparten su visión divina de sí mismos, y encuentran en la naturaleza un obstáculo para sus aspiraciones. Ambas películas tienen muchos paralelismos, y en ellas, Herzog toca algunos de sus temas más habituales. En numerosas ocasiones se ha comparado a Herzog con sus propios personajes soñadores y megalómanos, particularmente con Fitzcarraldo, debido a la similitud entre la magnitud y locura de sus rodajes y los desafíos monumentales que enfrenta dicho protagonista.  


Además, en ambas películas, Herzog colabora con Klaus Kinski, un actor que aparece en numerosas obras reconocidas del director bávaro. Además de las mencionadas, aparece en Woyzeck (1979), Nosferatu, vampiro de la noche (1979) y Cobra Verde (1987). Director y actor siempre mantuvieron una curiosa relación. Se odiaban pero sus colaboraciones desencadenaron en grandes obras. Incluso Herzog realizó un documental sobre su interesante relación con el actor en 1999, llamado Enemigo Íntimo


Klaus Kinski amenaza a Herzog
Werner Herzog y Klaus Kinski

AGUIRRE, LA CÓLERA DE DIOS (1972)

Aguirre junto a un indio tocando la flauta
Fotograma: Aguirre, la cólera de Dios (1972)

SINOPSIS: En 1560, poco después de la destrucción del imperio inca, una expedición española parte de las montañas de Perú rumbo a las selvas del Amazonas, en busca de la legendaria tierra de El Dorado. A través del diario del fraile Diego Gaspar de Carvajal iremos conociendo detalles y circunstancias de aquella peligrosa aventura... (FILMAFFINITY)


Herzog nos sitúa en el Amazonas con un tono documental, transportándonos a un entorno donde la naturaleza domina con su imponente presencia. Una parte significativa del metraje consiste en vistas del río o de los árboles desde la lejanía. Nos permite apreciar la naturaleza en su total gloria salvaje. Sin embargo, cuando Herzog muestra a los conquistadores, recurre constantemente a la cámara en mano, una técnica también del documental que en este caso nos mantiene plenamente inmersos. 


El antagonista de la película, Aguirre, es un soñador ambicioso con una notable carencia de empatía y una ansía megalómana de ser un triunfador. Es un hombre misterioso y tenebroso, que a medida que avanza el metraje, se destapa poco a poco. Aguirre es capaz de asesinar a sangre fría y manipular a quien sea necesario para cumplir sus objetivos. Se ve a sí mismo como un nuevo Hernán Cortés, incluso cuando está completamente perdido en su soledad. Aguirre es un inadaptado con una ambición desmedida, y su determinación lo convierte en un personaje tan fascinante como inquietante. 


La película narra la travesía de un grupo de exploradores descendiendo por un río, y este descenso es también mental. Aguirre tiene una influencia notoria y directa en la posterior reconocida obra de Francis Ford Coppola, Apocalypse Now (1979). Aguirre únicamente encuentra un rival real en la película, el paisaje. Sea por inteligencia o por fuerza, ningún conquistador es capaz de enfrentarse a Aguirre. El paisaje, compuesto no solo por ríos y árboles, sino también por la presencia constante y amenazante de los indios, se convierte en su verdadero adversario. La cámara en mano de Herzog transmite el miedo e intriga que sienten los conquistadores, al no ver a los indios, sentimos que son una pieza más en la naturaleza. 


Aguirre pierde progresivamente a todos sus compañeros, no obstante, su ambición permanece intacta. Al final, con condescendencia revela sus planes al espectador, convencido de ser un elegido de Dios. Aguirre siente que tiene un destino divino, cree haber sido escogido. Es irónico cómo juzgamos a Aguirre y no a los demás, ya que, al fin y al cabo, todos ellos se sienten elegidos por Dios, destinados a reinar sobre una raza que consideran inferior. Además, se puede apreciar cómo la misión de difundir la palabra de Dios oculta la verdadera ambición de los soldados: el honor y la riqueza.


Aguirre pierde el pulso ante la naturaleza, la única capaz de frenarlo, además pierde la cordura que le quedaba y se queda perdido en su incesante arrogancia y su obsesivo sueño de ser emperador. 


FITZCARRALDO (1982)

Fitzcarraldo observa a un indio
Fotograma: Fitzcarraldo (1982)

SINOPSIS: Brian Fitzgerald "Fitzcarraldo", un excéntrico y megalómano hombre de negocios obsesionado con la ópera, ha ido perdiendo su prestigio y su fortuna en absurdas empresas sin futuro. Su último proyecto consiste en construir un teatro de ópera en un poblado peruano a orillas del Amazonas; para conseguir el capital necesario para financiar tan magna empresa se dedica al comercio del caucho. Su extravagante plan exige sacar del río un gran barco fluvial y transportarlo hasta la cima de un monte. (FILMAFFINITY)


Al igual que Aguirre, Fitzcarraldo es un personaje impulsado por una ambición desmedida, un sueño descabellado que se convierte en su objetivo de vida. Ambos personajes, creados por Herzog, reflejan una visión de la vida marcada por un radicalismo romántico. Mientras Aguirre es retratado con una maldad evidente, Fitzcarraldo parece, en la superficie, un hombre bueno, amable y comprensivo. Sin embargo, no deja de ser un explotador que busca cumplir sus complejos e imposibles deseos sin importar el costo. 


Fitzcarraldo, al igual que Aguirre, se considera un elegido de Dios. Esta creencia se refuerza cuando descubre un mito entre los indígenas con los que se encuentra, lo que amplifica su auto-deificación. Su obsesión con la ópera es tan excesiva que en ocasiones se llega a representar desde lo grotesco. La sobreactuación de Klaus Kinski encaja perfectamente con la excéntrica personalidad del protagonista, subrayando su desmedido fervor por la música y su desmesurado ego.


En esta narrativa, el miedo y la intriga hacia la naturaleza están presentes, aunque se enfoca más en el barco y la tripulación que en la selva misma. La naturaleza se convierte en un adversario silencioso pero implacable. En un momento, se describe a los indígenas como "hombres invisibles", una metáfora que los une a la naturaleza como parte de ella. Por otra parte, en esta película si podemos ver a los indígenas, Fitzcarraldo se aprovecha de ellos para intentar lograr su cometido. 


Las obsesiones de Fitzcarraldo, como las de Aguirre, son inviables principalmente debido a la imponente naturaleza que los rodea. La naturaleza no permite a Fitzcarraldo realizar su sueño de crear una ópera en medio de la selva, destacando el eterno conflicto entre la ambición humana y el entorno natural. El fervor de Fitzcarraldo por la ópera, su sentido de ser un elegido divino y su lucha contra la naturaleza, muestran la extrema ambición de un megalómano perdido en sus sueños de grandeza.


UN SOÑADOR VISIONARIO

Herzog mira a cámara
Fotografía de Werner Herzog

Werner Herzog es uno de los directores vivos más respetados. Desde su enfoque característico e inusual, Herzog ha sido capaz de capturar la esencia de la naturaleza y el lado oscuro y grandioso de la ambición humana. 


Sus películas, muchas veces rodadas en condiciones extremas, reflejan tanto la obstinación y locura de sus protagonistas como la del propio director. La colaboración con Klaus Kinski, llena de tensión, dio lugar a algunas de las obras más memorables del cine alemán. Herzog, con su mirada única y su valentía para enfrentarse a lo desconocido, es un soñador visionario que desafía las convenciones y nos invita a reflexionar sobre la naturaleza humana y sus inquebrantables deseos.




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